Gabriel García, Regidor de El Pedregal, el 17 de Mayo de 1803, en nombre de los 106 feligreses que entonces habitaban el lugar, solicita la erección como parroquia independiente, bajo la titular de S. Pedro Apóstol.
El 18 de Mayo, D. Pedro Inocencio Vejerano, obispo de Sigüenza, ordena se den los pasos preparatorios y precisos que culminarán con la ejecución y obligación por parte de Don Sebastián Herranz, vicario Eclesiástico de Molina de Aragón, el 30 de Enero de 1804 con la firma conjunta de vecinos y autoridades del compromiso. Al día siguiente, se celebró la Santa Misa y se reservó el Santísimo Sacramento.
Desde entonces, movidos por la fe y atendiendo al crecimiento de los feligreses, se fue sintiendo la necesidad de un nuevo templo, que culminó con la edificación actual en 1897, con proyecto del Arquitecto de la Diócesis y un presupuesto de 11.990 pesetas.