Nuestro pueblo superaba los 350 habitantes en los años sesenta del siglo pasado. Pero la vida era bastante dura y la llegada de la mecanización en el campo hizo que muchos vecinos optaran por marcharse a la ciudad, donde consideraban que tanto ellos como sus hijos tendrían más oportunidades. Y así, poco a poco, como en todos los pueblos de la comarca, los jóvenes marchaban a estudiar – y a no regresar- y los que decidieron seguir en el pueblo eran y son cada vez más mayores.
Paradójicamente, en el pueblo se empezaba a vivir mejor. Llegó en 1975 el agua corriente y el alcantarillado, las calles dejaron de ser barrizales en el invierno con el encementado de las mismas, las casas se mejoraban… Pero el pueblo seguía perdiendo habitantes. Y lógicamente se iban perdiendo fiestas, costumbres…E incluso las relaciones personales y familiares, o al menos las de paisanaje, se iban deteriorando por la lejanía. Algunos de los que marcharon acudían poco al pueblo, dadas sus obligaciones laborales. Ante esta situación, un grupo de pedregaleños, como estaba ocurriendo en Hombrados, Alustante, Milmarcos y otros pequeños municipios, pensaron que algo había que hacer. Y el resultado de esa inquietud se plasmó en la constitución de la Asociación de Amigos de El Pedregal en el año 1978.
Probablemente la historia reciente de nuestro pueblo no pueda entenderse sin lo que ha aportado al mismo la Asociación. La Asociación construyó y mantiene el local que hace de bar y que es nuestro punto de referencia para vernos en el pueblo, la Asociación colabora en las Fiestas, la Asociación ha editado 61 revistas LA SEXMA, la Asociación ha colocado los paneles informativos de la ruta de las carrascas, la Asociación lleva limpiando más de treinta años el pueblo y otros parajes en la jornada de medio ambiente del verano… y podríamos seguir enumerando.
Mantener vivo el espíritu del asociacionismo y la colaboración de todos en beneficio de la comunidad es el reto que tenemos ahora. Con nuestros pueblos cada vez más abandonados y con menos servicios cuando quienes quedan en los pueblos de la comarca necesitan más, Asociaciones como la nuestra son, si cabe, más necesarias. Si no llegan subvenciones ni ayudas, ahí debe estar nuestra imaginación y nuestra colaboración para mantener la ilusión y llenar el año de citas en el pueblo.
Es evidente que conseguir este objetivo no es tarea de una sola persona ni de una Junta. En grupos numerosos como es nuestra Asociación, es más que conveniente que se cree la conciencia de pertenencia al grupo y la colaboración de los socios en la medida de las posibilidades de cada uno. Las tareas de organización de las Asociaciones sin ánimo de lucro acaban desgastando a cada uno de los miembros de las Juntas si la mayor parte de los socios no se sienten como tales y se contentan única y exclusivamente con abonar su cuota. Ser socio implica ayudar a quienes en un momento concreto animan el devenir de la Asociación con su colaboración, con su crítica constructiva, con la participación en las actividades. No vale con que la Junta lleve, lo mejor que sepa, el timón de la barca de la Asociación si los demás socios no reman o reman en dirección contraria.
Esto es lo que precisamente pretendemos alcanzar. Desde esta página web, que tenemos que conseguir se renueve constantemente, nos animamos a desarrollar este espíritu de participación para que el futuro de nuestra asociación y el del pueblo sigan siendo una realidad atrayente.